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Mi historia con la costura empezó al ver a mi mamá hacer todo lo posible por abrigarnos y cuidarnos. Ella fue mi mayor ejemplo de amor, esfuerzo y creatividad, y la razón por la que decidí dedicarme a esto.

 

Tenía 15 años cuando cosí por primera vez. Desde ese momento supe que había encontrado mi lugar. Me formé, practiqué, rompí agujas y superé obstáculos... hasta abrir mi propio atelier, hace 5 años. Hoy, con 28, sigo creando con la misma pasión que al principio.

 

Diseño vestidos de novia, 15 años y debut, madrinas e invitadas, siempre a medida, con un estilo que fusiona lo clásico, moderno y romántico, con toques del barroco contemporáneo. Lo que más me inspira es ver cómo un sueño se convierte en realidad en cada clienta que confía en mí.

 

Me motiva ver la felicidad en el rostro de mis clientas cuando encuentran en mis diseños ese vestido perfecto para un momento único. Esa conexión es lo que me impulsa a seguir creando con pasión y dedicación, siempre buscando superar mis propios límites.